Hacer memoria cuerpo es una investigaci贸n pluridisciplinar que se propone estudiar el v铆nculo entre los cuerpos y la afectaci贸n de sus memorias 驴Cu谩nto de lo que fuimos seguimos siendo? 驴se agota alguna vez? 驴Qu茅 espacio nos queda para la novedad?
Estar haciendo sin rumbo formal aparente.
驴Es posible hacer con el cuerpo la memoria, reconstruir como una pieza arqueol贸gica un esbozo de lo que, tal vez, alguna vez fu铆, o fu铆mos? Trabajamos a partir del movimiento en el encuentro de fisicalidades dormidas, rincones molestos y desconocidos, que nos hagan de palanca para traer hacia delante lo in significante: esa presencia abstracta y latente que habita en lo hondo y que cuando emerge hace del cuerpo un territorio de encuentros. La repetici贸n y el di谩logo con lo preciso fue nuestro mantra de pr谩ctica.
Decidimos llamar memorias a aquellas experiencias que a priori no podemos nombrar con claridad, pero que los cuerpos s铆 reconocen en profundidad, por ende, s铆 las pueden expresar. Para esta investigaci贸n, las memorias est谩n un paso m谩s atr谩s que el recuerdo. En ese terreno borroso donde la palabra se hace agua nos estamos situando.
Nuestra hip贸tesis es que las fuerzas inherentes a toda experiencia, al ocurrir, se imprimen en los cuerpos y los modelan, como un rayo que cae, hace y marca. A partir de esa hip贸tesis nos preguntamos: si reproduzco en el hoy (hacer) la fisicalidad exacta (cuerpo) que ese rayo experiencial gener贸 aquella vez (memoria) 驴podremos volver a reproducir su contexto? 驴y ampliarlo? 驴podr茅 descubrir su mensaje, el motivo de su reaparici贸n?
Para esta investigaci贸n el espacio que nos sostiene es otro cuerpo vincular, por lo tanto, tambi茅n cuenta con sus propias memorias. Cada encuentro de cuerpos genera un entre sutil que pide ser encarnado para dejar ver algo de la base del iceberg que lo justifica, no s贸lo una de sus caras.
El cuerpo.int茅rprete en relaci贸n a un espacio determinado produce un c贸digo espec铆fico. Ese c贸digo cambia si el cuerpo.espacio tambi茅n lo hace. Este encuentro de memorias s贸lo pudo ser encarnado en ese contexto temporoespacial, no en otro.
El agua es el posibilitador de la vida, tambi茅n fue nuestro elemento gu铆a. A trav茅s de los distintos estados que este elemento maravilloso puede tomar, se habilita un posible medio para viajar entre: el agua es capaz de penetrar la tierra, expandirse en su superficie y hasta llegar al cielo. El agua nos une.
Esta investigaci贸n est谩 considerando que este elemento es quien, adem谩s de nutrirnos org谩nicamente, cumple la funci贸n de conectar los cuerpos: traer, llevar y, por ende, almacenar nuestras memorias: las que fueron (驴fuimos?), y las que estamos imprimiendo en este presente. Como si fuera un mar de lenguajes (o el lenguaje del mar) que nos afecta al mismo tiempo que es afectado, y es el agua, el medio que registra ese recorrido que fuimos y el que estamos siendo. El agua escucha, y es quien nos permite escuchar (sentir la vibraci贸n entre), por ende, tiene memoria.